Otra vez le ponen nombre clínico y patologizan lo que nos pasa: “fatiga pandémica”. Como si todo se explicase por el virus
Si el capitalismo es una sindemia, va a seguir produciendo virus y pandemias. Ese es el futuro y no es halagüeño. La política y la ciencia deberían estar luchando para liberar a la humanidad y a ellas mismas del capitalismo. Eso sí sería bueno para todos
Cada momento del pasado, cada período histórico ha tenido que afrontar la lacra de la enfermedad con formas de organización asistencial, con las reformas sociales y con investigación médica
Situar la Navidad como horizonte, cuando la incidencia es aún diez veces mayor que la que había al comenzar el verano o la que hay que alcanzar para tener suficientes márgenes de seguridad en el manejo de la pandemia, nos llevaría a repetir, con creces, el error de la desescalada exprés del verano
“Se ha impuesto el nacionalismo, America first, y el monopolio, business as usual”, explica el autor de Medicamentos. ¿Derecho humano o negocio?
Experto en salud pública y con amplia experiencia de gestión, Lamata recalca que la vacuna sólo soluciona “una parte del problema” y no a largo plazo
“Necesitamos un sistema listo para este covid o para un hermano suyo, que vendrá. Cualquier respuesta coyuntural es un error”, afirma
A medida que el coronavirus continúa matando a miles cada día, las empresas de tecnología están aprovechando la oportunidad para ampliar su alcance y poder.
El professor reflexiona sobre la gestió de la pandèmia i explica com ha accelerat processos socials i polítics que ja havien començat
“Desde que creé ‘Luto en Colores’ hace unos años, no he dejado de aprender de las personas en duelo, de su capacidad para seguir adelante tras la muerte de un hijo, una pareja, una madre, un padre, una hermana (mi hermana)… Me maravilla lo que se crea cuando compartimos desde el corazón, sin miedo al juicio externo”
Tras la Transición el bipartidismo volvió a vivir momentos de gloria, pero siempre apoyado en incómodas muletas como las que utilizó Aznar
Las fantasías de poder realizadas y las pruebas de control social a las que asistimos anuncian el siglo de la catástrofe climática